Buscando un buen título para comenzar el post de hoy, encontré decenas de preguntas que se hace la gente en google:
¿Qué pasa a los 40 años de edad?, Crisis de los 40, ¿Qué cambia en el cuerpo a partir de los 40 años?, ¿Qué significa cumplir 40 años?; y podría enumerar muchas más.
Es cierto que a una cierta edad el cuerpo comienza a envejecer, es la ley de la vida y no hay que negarse a eso, en general todo empieza a disminuir, nuestra masa ósea, muscular, la capacidad de nuestro cuerpo para eliminar sustancias tóxicas y estamos más indefensos frente a los virus que andan por ahi.
“Una columna flexible, es un cuerpo joven”, decía mi profesora en las clases de biomecánica del movimiento que tomé para convertirme en profesora de yoga. Cuánta razon tiene y sin embargo no somos conscientes hasta que “nos quedamos duros”, hasta que sentimos ese dolor en la ciatica, en la lumbar y no podemos agacharnos a una edad jóven siendo adultos. Pues la columna vertebral es una estructura ósea formada por vértebras, que soporta el peso del cuerpo y protege la médula espinal, permitiendo flexibilidad y movimiento.
Imagínate que tu cuerpo es una ciudad llena de actividad. Todo lo que haces, desde levantar un brazo hasta hacer la postura del guerrero, ocurre gracias a una increíble cadena de comunicación. Aquí, el cerebro es como el alcalde que da las órdenes, pero no se encarga de hacer el trabajo duro. Ese papel lo cumple la médula espinal, que actúa como el sistema de correos más rápido y eficiente que puedas imaginar. Ella transmite los mensajes del cerebro a todos los músculos, asegurándose de que cada uno sepa qué tiene que hacer. Claro, hay días en los que parece que los músculos no recibieron el memo (como cuando intentas una nueva postura y tu cuerpo simplemente no coopera), pero en general, este sistema funciona de maravilla.
La médula espinal, que está protegida por la columna vertebral, es como una autopista de alta velocidad que lleva y trae mensajes entre el cerebro y el resto del cuerpo. Cuando decides agacharte, estirarte o hacer un saludo al sol, este dúo está trabajando detrás de escena para que todo ocurra de manera fluida. Bueno, la mayoría de las veces. Si alguna vez has sentido ese típico hormigueo en el brazo o la pierna, es porque quizás los nervios en la médula están pidiendo un descanso, pero la buena noticia es que siguen ahí, listos para volver a la acción cuando los necesitas.
Aquí viene la parte clave: nuestro cuerpo está diseñado para moverse, pero si no lo mantenemos activo, este sistema tan bien engrasado empieza a oxidarse. Sí, lo sé, no suena muy poético, pero es la realidad. Incluso a mi me sucede, un par de días sin hacer actividad física y comienzo a sentir dolores de no hacer nada. ¿Te suena esto? A medida que pasa el tiempo, si dejamos que la pereza nos gane, nuestra movilidad se deteriora. Lo que antes era fácil, como agacharse para recoger algo del suelo, empieza a sentirse como escalar una montaña. Todo lo que dejamos de hacer como movimiento, lo perdemos con el tiempo. Lo maravilloso es que esto no es inevitable. Moviéndonos regularmente, estirando, y manteniendo el cuerpo activo y fuerte, podemos evitar ese desgaste y seguir disfrutando de una vida llena de vitalidad.
Cumplir 40 años es una cantidad de vueltas al sol que ha dado el planeta mientras estoy en el. Pero realmente no significa nada. Alguien en algun momento decidió que los días tengan 24 horas, las semanas 7 días, los meses 4 semanas y así…pero en el espacio del Universo, lo realmente tangible es que el cuerpo tiene un proceso de nacimiento, de vida y de muerte. Lo mejor que podemos hacer es abrazar nuestro pasado, aceptarlo y saber que es el resultado de lo que hoy somos. Con esa sabiduría saber que lo que hagamos hoy podría ser el resultado que deseamos obtener en el futuro.
“Quiero tener salud, trabajo, amor, viajar”, sea cual sea el deseo, no importa la edad ni en qué momento sucederá. Para alcanzar todo aquello que se desea es necesario cuidar nuestro hogar: el cuerpo humano, de 20, 30..40 años o más. Ese cuerpo que nos hace sentir vivos otra vez.
